Cae la tarde, el calor ya no tan intenso y pronto conoceremos la ciudad de Medina Azahara. Hemos pensado mucho si hacíamos la visita de día o de noche pero en unos minutos se disiparon todas nuestras dudas, habíamos elegido bien, nada más entrar fuimos testigos de su belleza y de las majestuosas vistas iluminadas de la ciudad vecina de Cordoba.
Un consejo que os damos es que reservéis una visita guiada de la ciudad, nosotras así lo hicimos y es la mejor manera de conocer Medina Azahara construida por Abderraman III en el s X.
Venir aquí es retroceder en el tiempo, es transportarse hasta lo que un día fue el monumento islámico más bello de Al Andalus, la ciudad brillante…
Han pasado muchos siglos pero su grandeza sigue viva. Su localización no fue por casualidad, está situada en el lugar exacto en el que la montaña penetra en el valle del Guadalquivir, gracias a ello permitió diseñar un sistema de terrazas, en las zonas más altas estaba la residencia del Califa y las salas de audiencia, donde se disfrutaba de las mejores vistas de la ciudad.
Su construcción está realizada de piedra arenisca, las columnas y capitales son de mármol blanco. Imaginaros jardines, estanques, todo esto hacía que Medina- Azahara fuera una de las ciudades más bonitas del mundo.
Pero el sueño duro poco, setenta años, después la ciudad más bella de Occidente es saqueada, incendiada y despojada de sus riquezas aunque ya siempre será eterna. Fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco.
La sensación que nos llevamos Ainhoa y yo de esta visita nocturna de Medina Azahara es que estábamos en un sueño de una noche de verano en las Mil y unas noches. ¡Fue inolvidable!